El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, descartó este miércoles la instalación de bases militares de EE.UU. en el país centroamericano, en medio de la escalada de amenazas de Washington contra Venezuela.
"No hay bases militares extranjeras en Guatemala, no está previsto que existan bases militares en Guatemala", aclaró en una conferencia de prensa.
Arévalo fue consultado sobre la nueva estrategia de seguridad nacional de la Administración de Donald Trump.
"Vimos la declaración de seguridad nacional, no entendemos que esto implique la presencia de tropas militares físicamente", subrayó el mandatario guatemalteco.
EE.UU. ahora propugna una cooperación conjunta con los Gobiernos de la región "contra los narcoterroristas, los cárteles y otras organizaciones criminales transnacionales", para mantener una región "libre de incursiones extranjeras hostiles o de la propiedad de activos clave".
Estos planes se describen como parte de un 'Corolario Trump' de la Doctrina Monroe, establecida por el presidente James Monroe en 1823 y que sostiene que EE.UU. no tolerará la injerencia extranjera maligna en su propio hemisferio.
La agresión de EE.UU. en el Caribe, en síntesis
Despliegue militar: desde el pasado mes de agosto, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la operación Lanza del Sur, con el propósito oficial de "eliminar a los narcoterroristas" del hemisferio occidental y "proteger" a EE.UU. "de las drogas que están matando" a sus ciudadanos. Asimismo, Trump ha afirmado que, a estos efectos, en breve lanzará agresiones "en tierra".
Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de 80 personas muertas y sin pruebas de que realmente traficaran con estupefacientes.
Asalto a buque petrolero: en una escalada de las acciones violentas de EE.UU. en la región, militares estadounidenses asaltaron un buque petrolero en costas venezolanas. Caracas catalogó el hecho como un "robo descarado" y un "acto de piratería internacional". El presidente venezolano, Nicolás Maduro, tachó la situación de "acto absolutamente criminal e ilegal" y acusó a la Casa Blanca de actuar "como piratas del Caribe contra una nave mercantil, comercial, civil, privada, una nave de paz".
Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado, sin presentar evidencias, al mandatario venezolano de liderar un cártel del narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.
Postura de Caracas: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela. "Se les cayó la máscara, el narcotráfico es 'fake news', es el petróleo que se lo quieren robar", expresó tras el asalto del tanquero con crudo venezolano en aguas caribeñas.
Falta de sustento: la ONU y la propia DEA señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia suelo estadounidense, ya que más del 80 % de las drogas utilizan la ruta del Pacífico.
Condena internacional: Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.


