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Japón: "Las acciones de China en las islas Senkaku podrían provocar un incidente"
El comportamiento "coercitivo" de China en las aguas alrededor de las islas en disputa con Japón es peligroso y podría provocar “un incidente”, afirmó Tokio a través de un informe del Gobierno nipón.
Según el documento, de 450 páginas, "China ha tomado medidas descritas como coercitivas, que incluyen conductas de riesgo".
"Las actividades de China incluyen su intrusión en las aguas territoriales de Japón, la violación del espacio aéreo territorial japonés e incluso operaciones imprudentes que podrían causar alguna situación de peligro", asegura el informe.
El nivel de tensión entre los dos países ha aumentado considerablemente en los últimos meses. Se han registrado decenas de avistamientos de navíos chinos en las aguas territoriales de estas islas, incidentes que han provocado protestas por parte de Tokio.
El último episodio de este tipo ocurrió el pasado 1 de julio, cuando cuatro barcos patrulleros chinos entraron en aguas de las islas en disputa. Guardias japoneses pidieron desde un buque por radio a los patrulleros que abandonaran la zona. En respuesta, los chinos dijeron que estaban realizando "patrullas de rutina en sus aguas territoriales".
Según el secretario de prensa del Ministerio de Defensa de Japón, Masayoshi Tatsumi, este organismo está intensificando los esfuerzos para impulsar la cooperación entre las fuerzas armadas y guardacostas en la vigilancia de las aguas japonesas.
Asimismo, el pasado mes de abril, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, advirtió que Tokio va a repeler "a la fuerza" cualquier posible desembarco chino en las Senkaku.
Japón y China se disputan la soberanía sobre el archipiélago Senkaku, llamado Diaoyu en chino, desde los años 1970. Tokio insiste en que se apropió de estos islotes en 1895 y antes no pertenecían a nadie, pero Pekín asegura que estos territorios eran parte de China desde hace 600 años. Después de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. controló las Senkaku hasta 1972, cuando entregó el control de estas islas y de Okinawa a Japón.
En los últimos años los islotes eran propiedad privada, pero en 2012 el Gobierno de japonés los compró y anunció su nacionalización, lo que dio inicio a una nueva escalada de tensión entre Tokio y Pekín.
"Las actividades de China incluyen su intrusión en las aguas territoriales de Japón, la violación del espacio aéreo territorial japonés e incluso operaciones imprudentes que podrían causar alguna situación de peligro", asegura el informe.
El nivel de tensión entre los dos países ha aumentado considerablemente en los últimos meses. Se han registrado decenas de avistamientos de navíos chinos en las aguas territoriales de estas islas, incidentes que han provocado protestas por parte de Tokio.
El último episodio de este tipo ocurrió el pasado 1 de julio, cuando cuatro barcos patrulleros chinos entraron en aguas de las islas en disputa. Guardias japoneses pidieron desde un buque por radio a los patrulleros que abandonaran la zona. En respuesta, los chinos dijeron que estaban realizando "patrullas de rutina en sus aguas territoriales".
Según el secretario de prensa del Ministerio de Defensa de Japón, Masayoshi Tatsumi, este organismo está intensificando los esfuerzos para impulsar la cooperación entre las fuerzas armadas y guardacostas en la vigilancia de las aguas japonesas.
Asimismo, el pasado mes de abril, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, advirtió que Tokio va a repeler "a la fuerza" cualquier posible desembarco chino en las Senkaku.
Japón y China se disputan la soberanía sobre el archipiélago Senkaku, llamado Diaoyu en chino, desde los años 1970. Tokio insiste en que se apropió de estos islotes en 1895 y antes no pertenecían a nadie, pero Pekín asegura que estos territorios eran parte de China desde hace 600 años. Después de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. controló las Senkaku hasta 1972, cuando entregó el control de estas islas y de Okinawa a Japón.
En los últimos años los islotes eran propiedad privada, pero en 2012 el Gobierno de japonés los compró y anunció su nacionalización, lo que dio inicio a una nueva escalada de tensión entre Tokio y Pekín.
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