Ascensor espacial: ¿ciencia ficción o realidad?
Especialistas del King's College de Londres afirman que el ascensor espacial ya no es ciencia ficción. Según Mark Miodownik, como material para fabricarlos pueden servir los nanotubos de carbono.
El científico comenta que a partir de estas formas de carbono insertadas en fibras, se puede fabricar una soga que será capaz de estirarse hasta cubrir unos 35.500 kilómetros y llegar a la órbita de la Tierra. A pesar de que los nanotubos de carbono todavía siguen en desarrollo, en teoría una cuerda de este tipo podría ser capaz de resistir una carga de 30 toneladas por cada milímetro cuadrado. Las pruebas actuales muestran que una hebra producida con este material ya puede sostener el peso de un auto.
Según Miodownik, la resistencia de los nanotubos es suficiente no solo para soportar su propio peso a lo largo de los 35.500 kilómetros, sino también el de la carga útil. Con lo que la cuerda permitirá transportar bienes al espacio y también traerlos de vuelta.
En caso de construirse un cable así, lo mantendrán tenso la fuerza de gravitación y aceleración centrífuga. De contrapeso puede servir una estación de acoplamiento de naves espaciales.
Con sus cálculos Miodownik apoya a Bradley C. Edwards, un ingeniero de la NASA autor de un proyecto preliminar de ascensor espacial que también tenía previsto lanzar al espacio una cinta de nanotubos de carbono. Sin embargo, a pesar de que la NASA sigue invirtiendo en investigar las perspectivas de la idea, por el momento no se realizará próximamente. Todavía no está desarrollada la tecnología para producir nanotubos de carbono a escala industrial. Queda mucho también hasta diseñar las técnicas para 'trenzar' los tubos en cables: hasta ahora cualquier hilo fabricado ha sido menos resistente que sus componentes por separado.
El primero en plantear la idea de un ascensor espacial fue Konstantín Tsiolkovski, físico ruso y fundador de la astronáutica como tal. Presentó su proyectó en 1895. Sin embargo, por falta de un material que fuera suficientemente resistente, la idea no tuvo mucho desarrollo durante el siglo XX.