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Cardamomo: Sudor y lucro

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Guatemala es el principal productor y exportador a nivel mundial de cardamomo, una de las especias más cotizadas. Cualquiera podría suponer que dedicarse a su cultivo en este país centroamericano es una gran oportunidad para tener un buen salario, pero la realidad es que los campesinos apenas ganan lo suficiente para sobrevivir, pese a las extenuantes jornadas de trabajo, mientras que para los intermediarios y grandes empresas exportadoras este negocio es un suculento ingreso para sus arcas.

El oro verde de Guatemala, como se conoce al cardamomo en este país, es una especia muy importante para la nación centroamericana, ya que se cultiva ampliamente en sus suelos desde hace décadas.

Aunque la exportación de cardamomo ha contribuido significativamente al crecimiento económico del país, que se ha convertido en el mayor exportador de esta especia en el mundo, la realidad es que este cultivo no resulta tan rentable para los pequeños productores y campesinos.

El corresponsal de RT Alex Piñón se desplazó a dos de los cinco departamentos principales del país que producen cardamomo, Alta Verapaz y Quiché. Allí descubrió que lo que para unos pocos es una fuente de riqueza, para la gran mayoría es la única opción de fuente de ingresos, que apenas les alcanza para sobrevivir.  

Cadena de producción 

Aunque en los últimos años las ganancias por las exportaciones anuales de cardamomo en Guatemala superan los 215.000 millones de dólares, esta abundancia no se ve reflejada en la calidad de vida de las personas que contribuyen a su producción.

En el departamento de Alta Verapaz, no quedan muchas más opciones que trabajar cortando cardamomo en los cultivos, un oficio que se ha enseñado de generación en generación. Sin embargo, en la cadena de producción los dueños de las tierras no tienen margen de ganancias para ofrecer un buen sueldo a los recolectores.

Los dueños de las tierras deben vender su cardamomo a un intermediario que, en caso de no tener los medios para secarlo, lo venderá a alguien que pueda hacerlo para que, finalmente, llegue a manos de las compañías exportadoras.  

La ganancia final no va a parar a quienes se encuentran más abajo en la cadena productiva, como los campesinos, quienes no tienen prestaciones laborales y reciben un pago basado en el peso total de cardamomo recolectado al final del día. Obtener más ganancia solo es posible llevando a otros miembros de la familia a trabajar, por lo que no es inusual ver a madres con sus hijas cortando cardamomo hombro con hombro.

Libre comercio

A los campesinos se les paga 2 quetzales por cada libra (alrededor de 30 centavos de dólar), lo que apenas les alcanza para comer y pagar la escuela para los niños. El dueño de las tierras recibe del intermediario 9 quetzales por cada libra (poco más de un dólar), pero los costos para mantener el cultivo son muy altos. De hecho, las primeras ganancias de cada planta suelen llegar a los pequeños productores de Alta Verapaz solo tres años después de la siembra.

Los precios y las ganancias de quienes están abajo vienen determinados por empresas como Cardex, una de las exportadoras de cardamomo más grandes del mundo, que se encarga básicamente de clasificarlo, empaquetarlo y venderlo a países como Jordania, la India, EE.UU. y el Medio Oriente. Esta compañía también ha sido señalada por evasión fiscal.

Por su parte, Óscar Álvarez, gerente de la Asociación de Exportadores de Cardamomo, afirma que si el Gobierno interviniera para contribuir a que los precios fueran más justos para los pequeños productores, el mercado dejaría de ser competitivo y no habría libre comercio.

Se calcula que la exportación de la llamada 'reina de las especias' se sitúa entre las 38.000 y la 45.000 toneladas métricas al año. Sin embargo, los productores siguen recibiendo migajas, debido a que la libertad de mercado sigue dando pie a que aumente la desigualdad.

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